Los
títeres de cachiporra son muñecos de guante de carácter tradicional, en cuyas historias sobresale un claro componente antiautoritario (los antagonistas suelen ser policías o gendarmes), un uso de la violencia muy grotesco y elemental, y un elogio del ingenio como forma de solventar los problemas. Por lo general nacieron en el seno de las clases populares de la sociedad de clases; el ejemplo más claro es el de Guiñol en los barrios sederos de
Lyon. Pertenecen a este grupo, con diversos matices,
Punch y Judy, Guiñol,
Kásperle y don Cristobita.